De la tradición a la actualidad: una historia de éxito de la pasta
GEA ha desempeñado un papel fundamental en la transformación de la visión empresarial de un antiguo contratista de obras en una empresa de pasta seca de vanguardia.
Fundado en 1908 por un constructor al servicio del Imperio Austrohúngaro, el Pastificio Felicetti ha recorrido un largo camino en los últimos 100 años. A pesar de su formación en el sector de la construcción, Valentino Felicetti tuvo la visión empresarial de “Prima fabbrica Fiemmese di paste alimentari” o la primera fábrica de pasta en el Val di Fiemme italiano.
Sin dejarse intimidar por la perspectiva de introducirse en un mercado completamente nuevo, Valentino estaba decidido a triunfar. Afortunadamente, las cuatro generaciones siguientes de su familia también han compartido ese entusiasmo y ese impulso. Han capitalizado el sueño de Valentino y creado una empresa que, hoy en día, es una de las principales especialistas en exportación entre los fabricantes de pasta de calidad premium.
A mil metros sobre el nivel del mar, donde confluyen los ríos Travignolo y Avisio, se encuentra Predazzo. Rodeada de majestuosas cumbres, es también la fuente de dos preciosas materias primas: el agua de los manantiales de Latemar y el aire fresco de los valles de Val di Fassa y Travignolo, que sirven para procesar los mejores granos que la empresa puede adquirir.
Este fuerte enfoque en el uso de materias primas naturales y la ubicación en Predazzo es algo que ha permanecido inalterado con el tiempo. Incluso a mediados de los años 70, cuando surgió la oportunidad de trasladarse a una zona de mayor relevancia industrial que tuviera mejor acceso a los proveedores y las rutas de transporte, la familia optó por quedarse en Predazzo. ¿La razón? Se puede trasladar el grano, pero el agua solo se puede utilizar donde fluye.
Por ello, la sostenibilidad y la protección de la naturaleza son imperativos absolutos para el Pastificio Felicetti. El actual director general, Riccardo Felicetti, cree que vivir en medio de los Dolomitas casi le obliga a respetar la naturaleza y la zona que le rodea, lo que, en su opinión, es probablemente muy diferente de lo que sienten otros empresarios por la ubicación de su fábrica. “Desde nuestro punto de vista, esto crea una enorme diferencia, que se refleja en la calidad de nuestro producto”, afirma.
“Es uno de los fundamentos más importantes de la empresa y algo que es esencial para su historia. Más que un negocio, más que un simple proyecto, forma parte del patrimonio de mi familia. No importa lo que crezca el Pastificio Felicetti, sigue siendo fiel a sus valores tradicionales y a su espíritu empresarial original”.
Riccardo Felicetti, director general del Pastificio Felicetti
Procesado de alto rendimiento
Siempre mirando al futuro, la empresa ha invertido constantemente en nuevas líneas, tecnologías y maquinaria moderna. Y, aunque las líneas semiautomáticas existentes les habían servido bien, los años 70 fueron una década de cambios. Al observar el mercado, pronto quedó claro que el número de fabricantes de equipos de pasta era —y es— bastante limitado. Pero, tal vez una compra fortuita, hace muchos años, fue lo que orientó a Felicetti en la dirección correcta. En 1946, cuando se fundó la empresa Pavan, se había invertido en un sistema de lavado de matrices. Y, a pesar de que GEA adquirió Pavan en 2018, la misma relación comercial sigue en pie y ha crecido de forma vertiginosa.
“La decisión de asociarse con GEA/Pavan la tomó probablemente mi abuelo, y la relación continuó con mi padre”, señala Riccardo, y añade: “Se trata de una organización en el mundo de la pasta seca que ha desarrollado tecnologías y procesos considerablemente más avanzados que muchos otros. Además, han aplicado estas innovaciones como una forma de alejarse de ciertos conceptos tradicionales que están muy bien para las campañas publicitarias o para hablar con los consumidores, pero mucho menos para los fabricantes”.
Línea de pasta de corte largo, detalle del cabezal de extrusión
Durante el proceso de toma de decisiones de finales de los años 70, la empresa se encontró ante un salto tecnológico y cualitativo, tanto desde el punto de vista de la propia planta como de los conceptos de ingeniería fundamentales para sus operaciones. “Esto nos convenció para invertir en nuestras primeras máquinas GEA/Pavan y, con el tiempo, fuimos integrando más y más equipos y componentes en la planta de Predazzo”, afirma Riccardo.
Entre 1979 y 2009, una serie de inversiones se tradujeron en la adquisición de múltiples líneas de pasta corta y larga (con capacidades de hasta 1.500 kg/h y 1.000 kg/h, respectivamente), la implantación de secadores Thermo Active System (TAS) y una línea de pasta nido de 300 kg/h (que incluye la manipulación de la harina, el almacenamiento, el envasado y las matrices y moldes).
La planta de Molina
Continuando con la colaboración de GEA en la nueva planta de Molina, la instalación de los equipos comenzó en octubre de 2020 y se completó en abril de 2021. A continuación se integró la planta auxiliar y el proceso de puesta en marcha se alargó hasta agosto de 2021. En las instalaciones hay una línea de pasta larga de 1.500 kg/h y una línea de pasta corta de 2.100 kg/h, ambas equipadas con secadores TAS.
El secado es una de las fases más delicadas e importantes del proceso de producción de la pasta; la rápida reducción del contenido de agua y el aumento progresivo de la temperatura bloquean la expansión de los almidones y activan la coagulación proteínica, dando lugar a un producto con mejor color, sabor y rendimiento de cocción. La tecnología TAS, que alterna las fases de secado y estabilización, conserva el producto en un estado plástico y poroso durante todo el proceso y mantiene la reacción de Maillard bajo control.
Gracias al software integrado, cada etapa puede ser controlada dentro de tolerancias definidas para mantener constantes las condiciones de temperatura y humedad. Además, al no necesitar maquinaria complementaria, la tecnología TAS también garantiza un proceso de producción uniforme, el uso eficiente de la energía y tiempos de secado inferiores a 2 y 5 horas para la pasta corta y la pasta larga, respectivamente. Otra ventaja de utilizar un proceso de alta temperatura es que elimina el riesgo de contaminación.
Los principales factores de compra durante la expansión de la empresa fueron la capacidad de las máquinas para satisfacer sus necesidades, la flexibilidad y, sobre todo, el nivel de comunicación entre los ingenieros de GEA y los propios técnicos de Felicetti. “Como fábrica de pasta, somos un poco inusuales en cuanto a los tipos de productos que elaboramos y los altos niveles de calidad que exigimos; también es importante para nosotros que los consumidores entiendan que, aunque nuestros productos están hechos por máquinas, son unas máquinas que responden muy bien a lo que nuestra gente les pide que hagan. GEA nos ha ayudado a conseguir ese objetivo”, señala Riccardo.
Línea de pasta cortada larga de 1.500 kg/h instalada en el Pastificio Felicetti, planta de Molina
Preservar el futuro
Y, por supuesto, como se destaca en la reciente declaración de la Misión 26 de GEA, adoptar un “enfoque holístico del clima y la sostenibilidad” es una parte fundamental del compromiso subyacente de la empresa con nuestro lema “engineering for a better world”. Tanto el sector de la pasta como la industria alimentaria actual necesitan soluciones rápidas y concretas que permitan a los fabricantes concienciados con el medioambiente ofrecer productos con un impacto ecológico reducido y, al mismo tiempo, cumplir con las exigencias del mercado y satisfacer a los consumidores finales.
Por ejemplo, la disponibilidad de sistemas de vanguardia y tecnologías novedosas que contribuyen a reducir la huella medioambiental es una tendencia que está desempeñando un papel importante en el proceso de toma de decisiones de productores y consumidores. El uso de envases más respetuosos con el planeta, por ejemplo, se considera un avance fundamental para la industria alimentaria. En Felicetti, las dos líneas no solo son capaces de procesar harinas y pastas orgánicas, sino que también están equipadas con nuevos sistemas que pueden manipular envases 100% de papel.
“La ética medioambiental siempre ha sido un objetivo fundamental para Felicetti”, añade Riccardo: “No puede haber desarrollo sin sostenibilidad y no queremos quitarle nada a la naturaleza y a nuestra zona. Nuestros envases no solo son reciclables, también son biodegradables, compostables y sostenibles. Además, son transpirables y protegen la pasta de los agentes externos sin crear condensación ni humedad para preservar sus propiedades organolépticas”.
Utilizando solamente agua local pura, aire fresco, materias primas de origen sostenible y tecnologías verdes, estamos decididos a salvaguardar el entorno natural de nuestra fábrica de pasta y el mundo en general“– Riccardo Felicetti, Director General del Pastificio Felicetti
– Riccardo Felicetti, Director General del Pastificio Felicetti
Mantenerse al día
De cara al futuro, Riccardo ve un mercado creciente para la pasta seca. ¿Por qué? Porque la pasta es un alimento básico extremadamente importante que satisface las necesidades nutricionales de una población mundial en crecimiento. Además, los cereales son un recurso sostenible y los productos derivados de estos cultivos se beneficiarán sin duda de las cambiantes condiciones climáticas que afectan a la agricultura mundial.
¿Cómo evolucionará el producto? Cree que la pasta seca debería estar cada vez más al alcance de una población más amplia. En 1967, por ejemplo, la ley italiana de “pureza de la pasta” establecía que la pasta solo podía producirse con trigo duro. Esto hizo que la pasta italiana fuera mucho más utilizable, lo que significa que es más sencilla de cocinar, más fácil de usar y mucho más accesible.
Por supuesto, la tecnología ha ayudado a aumentar esta usabilidad. “Ahora tenemos productos en todo el mundo que se pueden preparar y comer exactamente igual que aquí en Val di Fiemme o en cualquier lugar de Italia. Sin embargo, espero que no experimentemos otro gran trastorno tecnológico, ya que acabamos de instalar dos máquinas “tradicionales” adicionales. El respeto por el medioambiente y una mayor atención a una dieta más sana tendrán un gran impacto en el futuro del mercado de la pasta seca, al igual que el uso de proteínas vegetales, pero todo ello solo puede beneficiar al producto final y garantizar su longevidad”.
