La explotación de Smitstra en Matamata, una pequeña comunidad en el corazón de la región de Waikato, en la Isla Norte de Nueva Zelanda. La explotación tiene una extensión de 130 h, con un rebaño de 1.200 cabras lecheras. La mayor parte del rebaño son cabras Saanen, oriundas de Suiza. Un 30% del rebaño, aproximadamente, se reemplaza todos los años con animales criados en la granja.
El ordeño de las cabras es un negocio familiar. Wiebe y Piety están en este sector desde hace 25 años, periodo durante el cual han tenido cinco hijos. Actualmente, la explotación es gestionada por Wiebe y Piety con la ayuda de dos de sus hijos. Las cabras son ordeñadas dos veces al día; Wiebe se ocupa del turno matinal y sus hijos se ocupan del turno vespertino.
En el pasado, trabajaban con una antigua sala en espina de pescado de 40 cabezadas con pulsación y colectores de ordeño giratorios de línea alta. La familia pasaba ocho horas al día en la sala de ordeño —cuatro horas por la mañana y otras cuatro horas por la tarde.
Incrementar la eficiencia con GEA
Con la intención de incrementar su eficiencia, Wiebe contactó con el director de ventas local de GEA y con nuestro socio de servicio Matamata Milk & Water.
“Les dije lo que necesitaba y se presentaron con muchas ideas estupendas, convirtiendo nuestro antiguo establo en algo moderno y eficiente”, dice Wiebe. “Elegí trabajar con GEA porque incorporan mucha investigación a sus equipos y tienen una gran experiencia en la industria de ordeño de cabras a nivel mundial”.
Los equipos de ordeño de cabras GEA están diseñados específicamente para el confort del animal, con una gama que ofrece flexibilidad a los granjeros a un precio asequible y con opciones para actualizarlo en cualquier momento. La mayor parte de los equipos se puede adaptar en las salas de ordeño existentes.
La actualización de Wiebe le supuso incrementar la capacidad de su sala de ordeño a 80 cabezadas. Las nuevas características incluyen una línea baja con retirada de pezoneras, medidores de leche Metatron, además de unidades de control DemaTron 70 (equipadas con despegue de tiempo o flujo) y PPiD (identificación por puntos) con RFID. El software DairyPlan está conectado para registrar el tiempo de ordeño, volumen y conductividad de cada animal, además de ofrecer información adicional sobre la salud, apareamiento y crianza de cada animal.
- Wiebe Smitstra, ganadero de cabras lecheras, Nueva Zelanda
Los cambios han tenido una gran eficacia de costes.
Wiebe dice que dese la actualización de GEA una sola persona puede gestionar con facilidad el ordeño de hasta 420 – 500 cabras en una sola hora. Esto supone una hora menos por la mañana y una hora con 20 minutos menos por la tarde. Además, qué decir de la pulverización de pezones.
“Una sala de ordeño duplicada hace que la retirada de pezoneras sea mucho más rápida, además de garantizar que no se produzca un ordeño excesivo”, continúa Wiebe.
La captura de datos es otro gran valor añadido. Puede visualizar exactamente cuánto produce cada cabra durante el ordeño, pues la información aparece en las unidades Dematron colocadas por encima de cada animal. Esta información es introducida en DairyPlan para que Smitstra pueda ver qué animales tienen un buen rendimiento constante. Además, puede identificar los posibles problemas de salud o mastitis antes de que sean observables.
Los datos también permiten que la familia Smitstra ahorre dinero. Por ejemplo, analizaban el rebaño 4 veces al año, pero ya no tienen que hacerlo porque ven todos los detalles en DairyPlan. Esto supone un ahorro anual de 14.000 NZD.
Wiebe observa que sus niveles de producción por cabra siguen en el mismo nivel, pero esta actualización les permite ordeñar más cabras. Añade que la salud de los animales también ha mejorado. “Al principio de la temporada, tuvimos algunos problemas de enfermedades. Pero desde que empezamos a trabajar en la nueva planta, han desparecido”. El deslizamiento de las pezoneras es cosa del pasado y también han observado menos problemas de graduación.
Preparados para el futuro
“Hemos sido cuidadosos a la hora de invertir demasiado”, dice Wiebe. “Pero no hay duda que la industria caprina neozelandesa mejora cada vez más y tenemos un mercado mucho más positivo que hace 20 años. Las cooperativas quieren cada vez más leche y nos hemos enfocado en mejorar nuestra operación”.
La familia Smitstra está perfectamente preparada para incrementar la producción con una sala de ordeño de alta gama y con datos precisos de su rebaño. Han construido un nuevo establo y aumentarán su número de cabezas de ganado.
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