Un futuro campeón de patinaje sobre hielo
En base al número total de jugadores federados, el bandy es uno de los deportes de invierno más populares del mundo —después del hockey sobre hielo. Su importancia puede compararse con la pasión por el fútbol que existe en Alemania. El bandy también se juega apasionadamente en toda Suecia. El pequeño municipio de Oskarström (con una población de 4.071 habitantes) no es ninguna excepción. Tiene once equipos de bandy, con once miembros cada uno, además de muchas familias y patinadores que abarcan a casi toda la población de la ciudad. Los patines y cascos de protección se alquilan gratuitamente —lo que hace que la pista de hielo sea aún más atractiva para grupos escolares y otras instituciones. Cuando llegó el momento de reemplazar el antiguo sistema de refrigeración de la pista de hielo por otro nuevo, los decisores de Strömvallen —la compañía que gestiona la pista— tuvieron que plantearse una serie de factores.
La capacidad del sistema era uno de los motivos fundamentales por lo que los operadores querían renovar el sistema de refrigeración. La superficie de hielo de la pista de Oskarström mide 60×115 metros —más del doble que una pista de hockey estándar. ¡Eso es mucho hielo! El sistema antiguo, instalado hace más de 15 años, no tenía capacidad para proporcionar la refrigeración necesaria para una superficie de hielo tan grande. La fiabilidad de los compresores de tornillo verticales se había convertido en un problema. La eficiencia era otro aspecto importante. A la vista del incremento de los costes energéticos, el nuevo sistema tenía que ser más económico y fácil de mantener.
Con una media de 300 patinadores al día, los operadores querían asegurarse de que la pista de hielo estuviera disponible el mayor tiempo posible, en todas las condiciones climáticas. Abierta de noviembre a febrero, la superficie de hielo se debe mantener a una temperatura estable de -5 a -1 °C durante muchos meses.
Una instalación conveniente y que ahorrase tiempo era otra cuestión importante de la matriz del proyecto. GEA utiliza la frase "Plug & Play" para caracterizar la facilidad de integración de sus compresores en la planta de refrigeración. Todo ello se reduce a un compresor de tornillo con un diseño novedoso e individualizado para unos requisitos de proyecto específicos, realizado por personas con una amplia experiencia industrial.
Por último, pero no por ello menos importante, estaba la cuestión del coste —no solo la etiqueta del precio de la instalación. Los propietarios de la pista de hielo necesitaban tomar en consideración los gastos a largo plazo de funcionamiento del sistema, digamos, durante los próximos 20 o 30 años. Los compresores GEA Grasso M redefinen el coste total de propiedad al reducir los gastos totales hasta un 20%. Esto permitió a los operadores de la pista de hielo llegar a una solución viable mucho más fácilmente.
En colaboración con Strömvallen, el contratista sueco Francks Kylindustri configuró un nuevo sistema utilizando dos compresores GEA Grasso M para sustituir las cuatro unidades de compresor antiguas. Se instalaron 40 000 metros de nuevas tuberías de 25 mm de diámetro a una distancia de 80 mm una de otra en un lecho de gravilla sobre una capa aislante. Después de que la superficie se inunda gradualmente de agua, tarda aproximadamente una semana en congelarse por completo. Sobre el hielo se utiliza un tinte blanco que refleja la luz solar y reduce la descongelación.
Los compresores de tornillo GEA Grasso M, de un color azul brillante, instalados en la pista de hielo de Strömvallen, generan una capacidad de refrigeración total de 1.490 kW —un 20% más que el sistema antiguo. El espacio que ocupa la maquinaria es significativamente más pequeño, con dos unidades en vez de las cuatro instaladas. La eficiencia de la carga se ha incrementado con unos motores de alta velocidad con inversores de frecuencia que operan a 1.000 rpm hasta 4.500 rpm.
El sistema está formado por dos circuitos. Uno de los circuitos está lleno de amoniaco mientras que el otro, de cloruro cálcico. En el ciclo del amoníaco, el sistema GEA Grasso M comprime el gas frío evaporado a una alta temperatura y nivel de presión. Después, el gas frío se condensa en la nueva torre de refrigeración instalada fuera de la sala de máquinas y se convierte al estado sólido a 30,0 °C. El amoníaco líquido pasa a través de un dispositivo de expansión y se libera al nivel de baja presión del evaporador. Aquí, el amoníaco se evapora y toma la energía térmica necesaria del refrigerante secundario (cloruro cálcico) antes de ser succionado de nuevo dentro de los compresores M. En el segundo circuito, la salmuera de cloruro cálcico que fluye a través del evaporador se enfría a una temperatura de suministro de -12 °C. Distribuida por cuatro bombas a través de 40 km de tuberías, esta salmuera a baja temperatura se utiliza para congelar el agua y mantener la superficie helada. La salmuera regresa al evaporador en la sala de máquinas a una temperatura de -9 °C.
El uso de amoníaco (R717) como refrigerante natural es muy eficiente. La alta eficiencia energética de este gas incoloro se debe a sus propiedades físicas. Utilizado en procesos de refrigeración, el amoniaco no contribuye al calentamiento global (PCA = 0) ni daña la capa de ozono (ODP = 0).
El funcionamiento diario de la pista de hielo de Strömvallen es increíblemente fácil con el panel de control GEA Omni y la pantalla HD de 15,6 pulgadas. El acceso remoto mediante GEA OmniLink hace que el mantenimiento y el servicio sean muy sencillos, pues el GEA OmniHistorian captura todo el historial de datos.
La clave para superar los desafíos de la refrigeración moderna está en el uso de una tecnología innovadora. Así lo han demostrado de manera impresionante los compresores de tornillo GEA Grasso M. Cuando han modernizado su sistema de refrigeración, los operadores de la pista de hielo han podido incrementar la capacidad de refrigeración, maximizar la eficiencia con un menor consumo energético y reducir el coste total de propiedad.