28 Dec 2018
Si trabaja en la actualidad con GEA, será difícil que comprenda los humildes orígenes de nuestro negocio de separadores y decantadores, que ahora tiene una reputación mundial. De fecho, fueron solo dos hombres: el empresario Franz Ramesohl y el ebanista Franz Schmidt —–ambos cuñados—, quienes unieron sus recursos en 1893 para abrir un taller llamado Ramesohl & Schmidt, en un cobertizo de alquiler en el centro de la pequeña ciudad de Oelde, en Alemania. Fue en ese periodo que crearon su separador de leche operador manualmente, con el nombre de ‘Westfalia’, en homenaje a las regiones en que vivían en el noroeste del país. El equipo estaba formado por tres ebanistas y tres cerrajeros que usaban equipos sencillos, como un par de tornos, una máquina perforadora, una piedra afiladora, un motor impulsado por gas y fuego de fragua.
En esos días, los granjeros ordeñaban sus vacas a mano y separaban la leche en nata y leche desnatada. Parte de la leche desnatada era consumida por la familia y el resto era alimentado al ganado; la nata se transformaba en mantequilla o queso, o se vendía —o las tres cosas— haciendo que la separación de la leche fuera un aspecto clave de los usos y modos rurales. La separación podía tardar horas y esto incrementaba la posibilidad de que la leche se agriase durante el proceso. El ‘Westfalia’ hizo que la separación de leche cruda fuese más fácil, rápida y eficiente al aplicar las leyes de la física sobre la fuerza centrífuga, por las cuales los sólidos y los líquidos se separan mediante una rotación rápida en una cubeta —un regalo del cielo para los esforzados granjeros y sus familias.
Dibujo inicial para patente del separador Westfalia fabricado por Ramesohl & Schmidt, 1895.
En solo seis años, Ramesohl & Schmidt se convirtió en una sociedad anónima gracias el éxito de su extraordinario producto, que podía distribuirse perfectamente gracias a las buenas conexiones del ferrocarril local. En 1900 había más de 10.000 de sus separadores en uso y en 1904 los separadores se habían ramificado en más aplicaciones. También producían motocicletas y automóviles, pero en 1919 decidieron reenfocarse y concentrarse en lo que había catapultado su negocio al éxito, la tecnología centrífuga. Si avanzamos otros 125 años más, la experiencia de separación que posee GEA abarca ahora más de 3.500 procesos diferentes y se manifiesta en 2.500 productos que se emplean en la industria láctea, alimentos y bebidas, marina, petróleo y gas, química, farmacéutica y medioambiental.
Ramesohl & Schmidt AG, abril de 1896, con unos 30 empleados.
Lo que era un pequeño taller con unos cuantos empleados y herramientas en Oelde ahora es la planta de separadores más avanzada del mundo. En 2013 finalizó la obra para rediseñar el sitio de Oelde, además de otras dos nuevas plantas de separadores en Bengaluru, India, y Wuquing, China, lo que confirma el compromiso de GEA por producir los mejores productos de centrifugación del mercado y por ponerse en el lugar del cliente para ajustar y optimizar su propia cadena de suministro y sus operaciones.
Oelde es el centro más grande de GEA, con un área de producción de unas 37 hectáreas y aproximadamente 1.900 empleados, incluyendo a unos 180 becarios, que trabajan en diseño, producción y administración. Visto desde afuera, el negocio no sería reconocible para sus fundadores, aunque conlleva el mismo espíritu, experiencia y deseo de desarrollar tecnologías que resuelven los retos del cliente y mejoran la vida de las personas, que se incorporen en cada producto y solución terminada —desde el diseño y desarrollo hasta las pruebas, entrega y servicio.
Salones 5 y 6 con GEA en Oelde, Alemania.
La nueva planta en Oelde permite a GEA optimizar su proceso de producción de separadores y acortar los plazos de producción. Otras características y ventajas importantes de la planta actualizada son:
Durante las últimas décadas, GEA ha aprovechado su experiencia interdisciplinaria para trasladar su conocimiento sobre centrifugación a soluciones orientadas al cliente para diversas aplicaciones —muchas de las cuales, si no todas, son indispensables para la industria y para nuestro estilo de vida. Nos esforzamos continuamente por establecer nuevas normas de calidad, eficiencia y responsabilidad medioambiental. Nuestras tecnologías garantizan un uso eficiente de recursos valiosos: cada kilovatio-hora no consumido, cada litro de agua que no se usa, cada kilogramo de producto adicional que obtenemos de la leche, las manzanas, la soja, el trigo o las aceitunas; cada metro cúbico de efluentes que se evita o se recicla; el plasma sanguíneo fraccionado o los componentes celulares procesados para la producción de vacunas —todo ello suma a un mundo mejor.
Nuestros “campeones ocultos” suelen trabajar en espacios pequeños, laboratorios o cuartos de máquinas, pero no están en la penumbra casi nunca, presentando unos resultados excelentes. Esto es muy destacable en el sector naval, donde la presencia de la compañía data de 1926, cuando se instalaron los primeros separadores de aceite mineral Westfalia a bordo de buques marítimos. Hoy en día, los separadores de GEA para tratar el combustible y los aceites lubricantes, además del agua de sentina y lastre, ayudan a las compañías navieras a cumplir una normativa ambiental cada vez más estricta —con unos márgenes de error que se expresan en partes por millón.
– Steffen Bersch, miembro del Consejo de Administración de GEA y antiguo director del área de separadores de GEA en Oelde
GEA demostró una vez más que siempre hay espacio para la innovación con su lanzamiento, en 2018, del separador de uso marítimo, que tiene un accionamiento directo integrado y ofrece las siguientes ventajas:
La conciencia ambiental que se desarrolló en la década de los setenta llevó a la compañía, ahora llamada Westfalia Separator AG, a desarrollar decantadores ecológicos que pudieran ser usados por las plantas de tratamiento del agua residual industrial y urbana. A diferencia de sus separadores previos, los decantadores Westfalia seguían los mismos principios de centrifugación, pero estaban diseñados para manejar un contenido de sólidos más alto, sin importar cuál fuese la tarea: clarificar, separar, deshidratar, clasificar o espesar.
Con todo el interés que suscitan, los decantadores ecológicos GEA funcionan sin descanso en todo el mundo, reputados por su capacidad de ajustar automáticamente los cambios en el nivel de sólidos o las fluctuaciones del producto alimentado, además de su durabilidad y eficiencia. Nuestro compromiso con la calidad se vio reafirmado cuando se integraron 30 decantadores de GEA para deshidratación de lodos y espesamiento en un proyecto durante varios años para crear la planta de regeneración de agua más grande del mundo en Singapur. Estos decantadores reducen la dependencia urbana del agua y los costes de eliminación de lodos, permitiendo que la planta, conocida con el nombre de Changi, devuelva lo que antes eran sus aguas residuales al océano o a un lago cercano, desde donde se genera agua potable para el consumo humano y las industrias que requieren agua de gran pureza.
En Asia, el Gobierno de la India y varias de sus ciudades están aprovechando la experiencia y las soluciones de GEA para tratar el problema del agua y las aguas residuales. Hemos vendidos numerosos decantadores de biosólidos para integrarlos en plantas de tratamiento de aguas residuales en Bengaluru, Surat, Bombay y Varanasi. También se han comprado decantadores de GEA en un esfuerzo por limpiar el río Ganges. En algunas aplicaciones, además, los separadores y decantadores ofrecen los mejores resultados cuando funcionan combinados, como en algunas aplicaciones de extracción de minerales, en que el agua de proceso sobrante debe cumplir unas normas cada vez más estrictas, y en donde se busca extraer más valor a los recursos minerales.
El mundo ha tenido un desarrollo tecnológico imponente desde 1893, pero nuestra filosofía de negocios es la misma: desarrollar soluciones eficientes que mejoren la vida de las personas y promuevan un mundo mejor. Por ejemplo, la función que tiene nuestra tecnología de separación en el proyecto UE DRIVE4U, por el cual GEA está desarrollando plantas y líneas para procesar las raíces del diente de león de origen ruso, de las cuales se pueden extraer goma e inulina —ambas importantes en diversas industrias. Esta tecnología promete reducir nuestra dependencia del árbol del caucho, que es menos sostenible.
La aplicación de separadores y decantadores está sometida a constantes cambios y expansiones, y como estos no son productos de inventario, deben seleccionarse e individualizarse de acuerdo a su uso final. Para facilitar esto, GEA ofrece soporte a sus clientes con sus Centros de pruebas (PTC), donde los distintos equipos humanos hacen análisis de productos, mediciones analíticas, ensayos con la máquina y desarrollan procesos, para cumplir los requisitos de los productores y sus actividades de ingeniería de procesos, además de recopilar todo este conocimiento en una base de datos, para que los clientes puedan hacer uso de toda la experiencia que incorporan nuestras aplicaciones de ingeniería de procesos. Este nivel de soporte también es crítico para ayudar a los clientes a calcular sus costes de inversión y amortizaciones.
Nos asociamos a los clientes en este viaje automatizado que es cada vez más digital —muy adelante en el futuro—, con un suite de soluciones digitales que admiten una producción inteligente y sostenible, incluyendo la auto optimización y los sistemas de autoaprendizaje, con una tecnología de monitorización de condiciones y unos conceptos de servicio que abarcan todo el ciclo de vida de las máquinas y plantas de GEA para permitir una operación sostenible.