A medida que maduran la tecnología y las condiciones normativas, los consumidores disfrutan de una selección más amplia de nuevos alimentos interesantes y de mejor calidad. GEA ayuda a sus clientes a llevar estos productos al mercado gracias a su experiencia en ingeniería y a sus innovadoras soluciones de proceso. Pronto, las empresas tendrán acceso a los novedosos servicios de desarrollo de procesos alimentarios de GEA en unas nuevas instalaciones de vanguardia en el corazón de EE.UU.
La población mundial y el consumo de carne siguen aumentando. Esta dinámica aumenta las emisiones nocivas de CO2 y pone aún más en peligro los recursos terrestres e hídricos. Si añadimos el cambio climático y la sequía sistémica, el resultado es menos tierra cultivable disponible para los animales y los cultivos necesarios para alimentarlos.
El aumento del número de flexitarianos –personas que sustituyen la carne en algunas de sus comidas por proteínas alternativas– alivia parte de la presión. Aún así, la carne, el pescado y los lácteos siguen siendo alimentos básicos populares y proporcionan la demanda para la ganadería. En 2015, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estimó que la ganadería representaba alrededor del 12% de todas las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero. Sin intervención, la FAO estima que esta cifra alcanzará alrededor del 15% en 2050. Para comer de forma más sostenible, el mundo debe replantearse sus modelos de producción alimentaria.Se necesitan nuevos métodos de producción de proteínasLos alimentos de origen vegetal son bien conocidos por los consumidores. A medida que bajen los costes unitarios y mejoren el sabor y la nutrición, estos alimentos crecerán en atractivo. Más recientemente, la fermentación –el uso de microbios para producir alimentos ricos en nutrientes y deliciosos– está emergiendo como método de producción elegido por muchos innovadores del ecosistema de las proteínas alternativas centrado en la carne, el marisco, los huevos y los
productos lácteos alternativos. La fermentación, un antiguo método de producción de alimentos, se está expandiendo ahora mucho más allá de sus usos históricos, incluso mediante la fermentación de precisión, una tecnología fascinante que utiliza microbios como la levadura para producir ingredientes funcionales específicos de alto valor, como proteínas, vitaminas, sabores y grasas.
La carne cultivada –carne producida directamente a partir de células, sin necesidad de criar el animal entero– tiene el potencial, cuando se amplíe comercialmente, de saciar el amor de la gente por la carne y el pescado sin los inconvenientes de los métodos convencionales de producción y procesado de proteínas. Otra de sus ventajas es que puede elaborarse sin antibióticos, esteroides ni otros aditivos, lo que mitiga la resistencia a los antibióticos, que va en aumento y plantea graves riesgos para la salud en todo el mundo. La carne de origen celular también se produce en instalaciones en condiciones más limpias que las instalaciones convencionales de procesado de carne, lo que reduce el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos y otras enfermedades de transmisión animal que pueden convertirse en futuras pandemias. La carne cultivada y otras proteínas alternativas ofrecen a los consumidores mayores posibilidades de elección, proporcionándoles los alimentos que les gustan, elaborados de forma que se reduzcan significativamente los riesgos para la salud y el impacto sobre el medioambiente.EE.UU. a la cabeza en proteínas alternativasTierra famosa por su cultura de comida rápida, EE.UU. es en realidad el mayor contribuyente global al sector de las proteínas alternativas. Las razones: una sólida cultura de capital riesgo, un entorno normativo bastante positivo y el propio tamaño del mercado. Según el informe sobre el estado de la industria de alimentos de origen vegetal en 2023 del Good Food Institute (GFI), a pesar de los elevados costes de los alimentos y la inflación, el 36% de los consumidores estadounidenses declararon comer carne de origen vegetal en 2023, mientras que el 25% declararon comerla mensualmente o con más frecuencia.