Las ingenieras de GEA ejercen un importante liderazgo en su papel de innovadoras. Sus contribuciones en diseño de sistemas, ventas y gestión de proyectos permiten a clientes de todo el mundo producir de forma más sostenible. Al romper barreras y compartir sus conocimientos, inspiran a la próxima generación de jóvenes ingenieras.

Cuando Anne Han, ingeniera de producto de GEA, entró en un supermercado local de su ciudad natal, Shijiazhuang (China), y vio una marca de leche familiar de su infancia, reflexionó sobre lo mucho que ha cambiado su vida desde entonces. De pequeña le encantaban las matemáticas. Hoy en día, aplica esa misma pasión –y la experiencia que ha desarrollado a lo largo de los años– a situaciones del mundo real. “Es estupendo ver cómo mi trabajo se aplica en soluciones prácticas”, afirma. Por ejemplo, uno de sus diseños se utilizó en un proyecto llave en mano para construir e instalar una de las mayores torres de atomización para la producción de preparados para lactantes de toda China.

Mientras estudiaba en la universidad, Anne decidió seguir la carrera de ingeniería mecánica. Antes de eso, no tenía ninguna idea de ingeniería, simplemente le encantaban los números y las fórmulas. “Cuando me licencié en diseño mecánico y fabricación en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hebei en 2001, había muy pocas mujeres en mis clases. Esta fue una tendencia que continuó cuando comencé mi carrera profesional. De hecho, yo era la única mujer de mi equipo”, reflexiona. Sin embargo, los tiempos están cambiando. En las últimas décadas se ha producido un aumento constante del número de mujeres ingenieras, cuya proporción alcanzará aproximadamente el 20% a nivel mundial en 2021, según la Sociedad de Mujeres Ingenieras. Hoy, tras 11 años en GEA, casi la mitad de los ingenieros del equipo de Anne son mujeres, lo que refleja un importante cambio en la industria. Sin embargo, las mujeres siguen estando poco representadas en ingeniería.

Esta disparidad se origina mucho antes de que las mujeres entren en el mercado laboral. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la brecha surge en los años formativos de la primera infancia. Los resultados de 2022 del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) de la OCDE mostraron que las niñas suelen elegir itinerarios educativos que conducen a carreras generalmente peor pagadas y consideradas menos prestigiosas. Los empleos centrados en las matemáticas y la ciencia suelen ofrecer salarios más elevados, pero estos sectores siguen estando centrados de manera abrumadora en los hombres. La brecha de género se hace aún más pronunciada en los niveles educativos superiores. Por ejemplo, en 2021, las mujeres solo representaban el 32,8% de los licenciados en campos STEM dentro de la Unión Europea, según la Comisión Europea. Abordar este reto requiere un enfoque global, implicando a diversas partes interesadas y destacando los modelos femeninos en los campos STEM. Uno de esos modelos es Carolina Andrade.
De la curiosidad infantil a convertirse en ingeniera Desde muy joven, Carolina Andrade, Jefa de Proyectos de GEA Brasil, encontró la alegría en fingir que era ingeniera. Solía dibujar intrincados diseños de máquinas imaginarias que producían deliciosos zumos, emulando claramente a su madre, que también es ingeniera en GEA. Estos dibujos no fueron una mera coincidencia. La madre de Carolina intentó tender un puente entre el mundo de su hija pequeña y su propio entorno profesional, más complejo, relacionando la ingeniería con algo tan agradable como el zumo. Al establecer esta conexión, dio a su hija pequeña una introducción accesible a la ingeniería y alimentó la curiosidad que más tarde daría forma a la propia trayectoria profesional de Carolina.

“La ingeniería formó parte de mi educación”, explica Carolina. “Durante las vacaciones escolares, visitaba las oficinas de GEA donde trabajaba mi madre. Siempre tenía ganas de conocer a otros ingenieros y les hacía preguntas sin descanso. Se me llegó a conocer cariñosamente como la niña preguntona”, explica con una sonrisa.

La pasión de Carolina por la sostenibilidad la llevó a licenciarse en ingeniería medioambiental en la Universidade Estadual Paulista de Brasil. Paralelamente, adquirió experiencia práctica en diversas empresas de ingeniería, entre ellas GEA. Cuando se incorporó a GEA Brasil en 2013, descubrió el potencial de la ingeniería para salvaguardar el medioambiente y preservar los recursos: desde la valorización del suero de leche, antes considerado solo un residuo, hasta la comprensión del papel fundamental de las bombas en los esfuerzos de recuperación del agua. A lo largo de los años, ha contribuido a diversos proyectos de ingeniería, incluido el diseño y la construcción de varias líneas de procesado de leche y producción de queso. Reflexionando sobre sus primeros dibujos de máquinas para hacer zumos, Carolina dice: “Mi yo más joven estaría encantada con la ingeniera en que me he convertido”.
Todo es posible, seas chico o chica De adolescente, Annika Engman no tenía planes de convertirse en ingeniera. “Me interesaba más el esquí”, admite riendo entre dientes. Pero un día, con poco más de veinte años, su padre le propuso entrar en el negocio familiar, un taller de electromecánica donde se vendían y reparaban bombas y engranajes. Para su sorpresa, descubrió que trabajar con bombas no solo era interesante, sino también divertido. Tras un periodo trabajando junto a su padre, dejó el taller para explorar puestos de ingeniería en otras empresas antes de aceptar el puesto de ingeniera de servicio y posventa en GEA Suecia en 2023.

“Mi padre me enseñó que todo es posible, independientemente de que seas chico o chica”, comparte Annika. “Cuando me incorporé al negocio familiar, demostró que creía en mis capacidades; me animó a interactuar con los clientes, que a menudo se sorprendían al ver a una mujer joven atendiendo sus necesidades en lugar de mi padre”. Se trata de una lección que Annika comparte ahora con su hija de 11 años, ya sea animándola a que intente reparar el coche familiar –para lo que su madre dice que tiene muy buen instinto– o cualquier otro sueño futuro que pueda tener.

“Después de casi 30 años trabajando en este campo, me sigue encantando la naturaleza en constante evolución de la ingeniería”, dice Annika. “Desde que obtuve mi título de Ingeniero en Marketing y Economía de Ventas en la Försäljningsakademien Mölnlycke de Suecia, el aprendizaje sigue siendo una parte importante de mi trayectoria profesional, ya se trate de una formación más formal, de obtener información de nuestros colegas o de nuestros clientes. La curiosidad y el amor por el aprendizaje son atributos que ayudan a los ingenieros a innovar y adaptarse a las necesidades cambiantes del mercado”.

Alentar a la próxima generación

Al igual que Annika, Carolina sabe lo importante que es infundir confianza y animar a las niñas y a las jóvenes. Como hija de una de las ingenieras pioneras de Brasil, Carolina trata de emular el inspirador ejemplo de su madre. Está allanando activamente el camino para las generaciones futuras, tutelando a las mujeres en prácticas en GEA Brasil y promoviendo iniciativas para disipar los omnipresentes estereotipos de género. Ha aprovechado el Día Internacional de la Mujer para organizar actos destinados a promover la igualdad de género en el lugar de trabajo y se ha asegurado de que estos actos estén abiertos a todo el mundo. “Erradicar los prejuicios sexistas requiere un esfuerzo colectivo, lo que significa que debemos implicar también a nuestros colegas masculinos en la conversación”, afirma.
Anne, Carolina y Annika, junto con todas sus colegas ingenieras de GEA, están transformando su campo y las industrias en las que trabajan. Al dar ejemplos positivos a niñas y mujeres jóvenes, y transmitir activamente sus conocimientos, garantizan una diversidad aún mayor en la comunidad de la ingeniería en años venideros.