24 Aug 2018
La carne, el pescado, los productos lácteos y los vegetales como legumbres y cereales son las principales fuentes de proteínas de nuestra dieta. Los adultos necesitan un mínimo de unos 0,8 gramos (g) por kilogramo (kg) de peso corporal al día, lo que suma aproximadamente 56 g de proteína diarios para un varón sedentario promedio y unos 46 g para una mujer sedentaria. Los estudios calculan que los requisitos anuales de proteínas para la población mundial, estimada en 7,3 mil millones de personas, es de unas 202 millones de toneladas1.
Producir esta cantidad de proteínas a partir de cultivos, ganado, pescado y mariscos significa una gran presión sobre los recursos acuáticos, terrestres y energéticos, y también sobre las piscifactorías y la pesca marina. El cambio climático, además, también está afectando a estas necesidades, que se combinan con su impacto sobre la sostenibilidad agrícola en muchas regiones del mundo.
Las Naciones Unidades calculan que la población mundial alcanzará los 9,7 mil millones en 20502, por lo que el desarrollo de prácticas agrícolas y procesos de fabricación industrial sostenibles se ha vuelto una necesidad cada vez más acuciante. Necesitamos crear soluciones más ecológicas e inteligentes para continuar produciendo la suficiente cantidad de proteína asequible para alimentar a la población mundial sin causar un caos medioambiental, ecológico y económico.
Los vegetales representan actualmente la principal fuente de proteínas de nuestra dieta, aunque se estima que la demanda de proteína animal podría duplicarse para 20501, debido, en parte, al incremento de los ingresos y la occidentalización de la dieta en los países en desarrollo. La carne es una fuente abundante de proteínas y micronutrientes, incluyendo minerales y vitaminas. Sin embargo, la ganadería utiliza más agua y terreno —tanto para pastoreo como para producción de cultivos para su alimentación— y genera más gases de efecto invernadero que la agricultura, por lo que la producción ganadera no debe ser la única respuesta para cumplir la demanda de proteínas a escala global.
La necesidad obvia de encontrar nuevas soluciones al problema de la demanda de proteínas hace que aumente el interés en fuentes de proteínas alternativas, sostenibles, como algas, microorganismos e insectos. Los científicos sugieren que los insectos comestibles, por ejemplo, representan una fuente aún por desarrollar de proteínas, grasas, vitaminas y minerales. Los insectos se pueden criar utilizando menos agua y generando menos gases de efecto invernadero que el ganado. Algunas culturas ya reconocen el valor de las proteínas provenientes de insectos, pero la idea de alimentarse o producir proteínas a partir de insectos resulta desagradable para una gran mayoría. La educación jugará un rol muy importante a la hora de que los consumidores acepten alimentos alternativos ricos en proteínas y comprendan la necesidad de producirlos, con los siguientes beneficios medioambientales que pueden presentar estos nuevos tipos de agricultura. En paralelo con la necesidad de educación, la industria alimentaria también tendrá que desarrollar productos atractivos de alta calidad que puedan disfrutar los consumidores a partir de estas nuevas fuentes de proteínas.
Consumimos proteínas cuando nos alimentamos de carne sin procesar, pescado, verduras y productos lácteos como leche, queso y yogur. Durante las últimas décadas, los avances en las tecnologías de procesado han hecho posible extraer y purificar proteínas que ofrecen unas características funcionales y nutricionales definidas.
Las proteínas extraídas de plantas, productos lácteos y derivados lácteos se utilizan para mejorar el valor nutricional de una amplia variedad de alimentos y productos para la salud, además de productos vegetarianos, veganos y alternativos a la carne. Las proteínas también ofrecen ingredientes funcionales importantes que pueden añadir textura a los alimentos, además de optimizar las propiedades de viscosidad, emulsificación, estabilidad, formación de espuma y aglutinación de grasa de muchos productos alimentarios. Los productores de alimentos pueden seleccionar proteínas de una determinada pureza, funcionalidad y propiedades organolépticas —cómo las proteínas afectan al sabor, aspecto y olor de los alimentos— para sus productos finales. Los estudios económicos indican que el mercado de ingredientes de proteínas alimentarias global alcanzará un valor de $29 mil millones para 20243, mientras que el mercado global de proteínas de origen vegetal, con un valor de $8,35 mil millones en 2016, podría llegar a $14,22 mil millones en 20224.
Las proteínas de lactosuero purificadas, por ejemplo, son componentes clave de muchos tipos de proteínas en polvo, suplementos dietéticos y aperitivos que utilizan los deportistas para aumentar su masa muscular, además de utilizarse en productos nutricionales para pacientes en proceso de recuperación o que tienen requisitos dietéticos especiales. Las proteínas en polvo también son componentes esenciales de fórmulas para lactantes que pueden representar el único tipo de alimentación durante los primeros meses de vida.
La industria necesita mantener su flexibilidad para extraer proteínas de distintas fuentes. Instalar tecnologías de procesado versátiles y eficientes permite que la industria alimentaria utilice una amplia variedad de materias primas, de acuerdo con las prácticas agrícolas locales y la disponibilidad estacional. Los agricultores y productores son conscientes de las ventajas de utilizar eficazmente cultivos, ganado y nuevas fuentes de proteínas que no solo destaquen en el entorno local y se adapten a las condiciones climáticas estacionales, sino que también ahorren recursos hídricos y supongan un menor desgaste del terreno. La capacidad de procesar proteínas aprovisionadas localmente minimiza los residuos y reduce la huella de carbono al necesitarse menos transporte y requisitos de cadena de frío, además de garantizar que la población local tenga acceso a alimentos nutricionales económicos de alta calidad.
Los sectores agrícolas e industriales están colaborando juntos para desarrollar tecnologías de elaboración de alimentos que garanticen una producción de proteínas eficiente y sostenible. Los agricultores se enfocan en implementar prácticas sostenibles —tanto para fuentes de proteínas existentes como nuevas— que ayuden a proteger el medio ambiente y a reducir nuestra dependencia de recursos no renovables. El enfoque en la sostenibilidad es tan importante para la industria alimentaria como para el sector agrícola. Los productores de alimentos también están intentando reducir su impacto medioambiental e incrementar su eficiencia, con el fin de optimizar la producción a partir de materias primas de alto valor. Los especialistas en tecnología e ingeniería de procesado, como GEA, colaboran estrechamente con los productores alimentarios para diseñar y optimizar los procesos y equipos que maximizan la producción y minimizan el uso de agua y energía, reducen las pérdidas y residuos, y promueven el reciclaje del calor y el agua.
GEA tiene décadas de experiencia de trabajo con productores de proteínas lácteas y derivadas de vegetales. Desarrollamos componentes, tecnologías versátiles y soluciones completas integradas que son utilizadas por fabricantes de todo el mundo para procesar proteínas a partir de una amplia variedad de materias primas, incluyendo fuentes animales y productos lácteos, oleaginosas como la soja, y cultivos ricos en almidón, como guisantes y patatas. Además de desarrollar y optimizar procesos de fuentes de proteínas tradicionales, también estamos aprovechando activamente nuestros conocimientos y nuestra experiencia industrial, tecnológica y de ingeniería para desarrollar soluciones de próxima generación que ofrezcan un procesado sostenible de proteínas y derivados proteicos a partir de fuentes como insectos, algas y hongos.
Nuestra experiencia incluye todo el proceso de las proteínas, desde la preparación de la materia prima hasta la extracción, purificación y secado de proteínas; el reciclado del exceso de calor y agua, y la limpieza de efluentes. Nos enfocamos en desarrollar soluciones más sostenibles y ecológicas para que los fabricantes tengan eficiencia y flexibilidad, a la vez que utilizan menos agua, energía y otros recursos, generando menos emisiones y reciclando más que nunca.
Los conocimientos de los expertos e innovadores tecnológicos como GEA serán fundamentales a la hora de poder continuar alimentando a las futuras generaciones con los componentes de la dieta que son imprescindibles para la salud y el bienestar, a la vez que conservamos los valiosos recursos de nuestro planeta.
1. Henchion, M., Hayes, M., Mullen, A., Fenelon, M. and Tiwari, B. (2017). Future Protein Supply and Demand: Strategies and Factors Influencing a Sustainable Equilibrium. Foods, 6(7), 53.
2. United Nations Department of Economic and Social Affairs. http://www.un.org/en/development/desa/news/population/2015-report.html
Proteínas vegetales