08 Apr 2020
Las enfermedades animales transfronterizas (TAD, por sus siglas en inglés) pueden tener un impacto desastroso tanto en la economía local como internacional, sin dejar de mencionar que causan un inmenso sufrimiento a los animales. El brote de fiebre aftosa que apareció en el Reino Unido en 2001, por ejemplo, tuvo unos costes para las economías locales superiores a GBP 8 mil millones, con unos efectos devastadores para la industria cárnica y la comunidad ganadera. La fiebre aftosa es una infección vírica que afecta a los animales biungulados domésticos y salvajes, como ovejas, ganado, cabras y cerdos, y es altamente contagiosa.
Algunas entidades, como la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), han desarrollado varias iniciativas para combatir la propagación de dichas enfermedades, en las que se incluye el uso de vacunas animales. Esta iniciativas permiten fortalecer las mejores prácticas destinadas a la producción animal y la prevención de brotes en todo el planeta. Tienen por objeto evitar la pérdida de medios de vida en los países en desarrollo y promover la salud de la población.
Los productores de vacunas tienen una función especial que desempeñar a la hora de evitar enfermedades en la industria ganadera. La fabricación de vacunas requiere unos equipos sofisticados, como las centrífugas, para separar los materiales biológicos. Los productores de vacunas tienen que asegurarse que los equipos les permitan cumplir —y exceder— los estándares de calidad tanto de procesos como de productos.
Thomas Homann, Director de Ventas - Biotecnología, explica que GEA proporciona un soporte especial a los fabricantes de vacunas, instalando con frecuencia máquinas piloto con las que el cliente puede completar sus ensayos en condiciones reales.
“Los clientes observan enseguida que las máquinas para ensayos no solo son fiables, sino que también representan un método eficiente para escalar los procesos hasta su nivel industrial. Por ejemplo, la unidad GEA CSE 170, con una capacidad de entre 3.000 y 6.000 l/h, es la centrífuga de disco más grande que se utiliza para producir la vacuna contra la fiebre aftosa en China”.
En la producción de vacunas, la biocontención de los productos es una preocupación crítica, sobre todo desde que se sospecha que el virus responsable del brote de fiebre aftosa en el Reino Unido “escapó” de un laboratorio. Un proceso de fabricación seguro también es un componente básico en las operaciones farmacéuticas y biotecnológicas, pues cualquier infracción de la seguridad puede poner en riesgo la salud tanto de los empleados como la población, provocar la contaminación cruzada de los productos, y dañar la reputación de las marcas.
Los equipos deben garantizar la biocontención y ofrecer una alta calidad —cumpliendo los estándares más estrictos de higiene, procesado y calidad del producto. Es crucial un procesado óptimo para garantizar la máxima eficacia. La tecnología de higiene innovadora también asegura una producción biológica segura que protegerá contra brotes y contaminación.
La tecnología de esterilización en las separadoras para vacunas es muy avanzada, desde la esterilización por vapor y la limpieza CIP, hasta la separadora Hycon GEA en dos salas. Estas soluciones ayudan a los productores a cumplir las normas y especificaciones de autoridades reguladoras como la FDA.
Los sistemas de alimentación y descarga diseñados por GEA permiten un tratamiento delicado de productos frágiles durante la separación. Esto ayuda a conseguir unos productos finales de superior calidad y unas vacunas más eficaces.
GEA es un reputado aliado de los productores de vacunas gracias a su dedicación al desarrollo y suministro de soluciones orientadas al cliente, pues tiene el respaldo de un intachable historial de requisitos cumplidos a nivel industrial (FDA, GMP y similares). Los clientes cuentan con que GEA les suministre unos servicios y equipos fiables para cualquier etapa del proceso de producción. Además, la capacidad de realizar pruebas en la planta del cliente tiene un gran valor para los sistemas de salud locales, que trabajan para prevenir brotes.
GEA tiene más de 200 centrífugas operativas en la actualidad, las cuales suministran una pureza de separación altísima gracias a sus conceptos tecnológicos avanzados. Ayudamos a nuestros clientes a conseguir una precisión extrema en sus procesos de producción, no solo porque nuestras separadoras se pueden individualizar según sus requisitos.
La naturaleza continúa su evolución y las nuevas mutaciones víricas pueden llevar al caos a nuestra sociedad global con su impacto en la economía y la salud pública. Esto hace que destaquemos la importancia que tienen los constantes esfuerzos de los organismos legislativos, las entidades veterinarias globales y los socios de producción como GEA, para llevarnos más cerca de un mundo sin enfermedades.