Desde la década de 1930, hemos utilizado CFC para enfriar productos y ambientes. Durante años, parecieron una buena solución, hasta que se han eliminado progresivamente en el marco del Protocolo de Montreal, debido a su contribución al agotamiento de la capa de ozono. Han sido reemplazados en gran medida por los HFC. Pero ahora sabemos que éstos no son buenos para el medio ambiente ya que contribuyen mucho al calentamiento global. Sólo hay una buena solución: el cambio a refrigerantes naturales.
Los refrigerantes naturales son la única opción a prueba de futuro porque: