16 Jun 2020
Se calcula que más del 80 por ciento de la población mundial consume leche líquida u otros productos lácteos de forma regular. Tanto si provienen de vacas, búfalas, cabras, ovejas, camellos, caballos o yaks, los alimentos basados en lácteos son ricos en micronutrientes y constituyen una fuente económica de proteínas, energía y grasa; su consumo global está creciendo.
La otra cara de estos datos positivos sobre nutrición y crecimiento la representan los retos, bien conocidos, a que se enfrentan los productores: leche a precios muy bajos y altos costes del pienso; carestía de personal; cambiantes necesidades del consumidor; normativa más estricta y clima impredecible. Los productores tienen que equilibrar lo anterior con la necesidad de obtener un beneficio económico, sin el que se ven imposibilitados de mantener sus rebaños. Como afirman cada vez más estudios sobre el sector lácteo, los investigadores están de acuerdo que una combinación de mejores estrategias de alimentación, con una buena gestión de estiércoles y una excelente genética animal, puede crear un sector lácteo más resiliente, que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero e incremente la producción de leche con menos alimento. Con el soporte de un nivel adecuado de automatización y herramientas de ganadería de precisión (PLF), los productores pueden recuperar un tiempo precioso, a la vez que aprovechan los datos y los resultados para mejorar la salud de sus rebaños e incrementar tanto su rendimiento como eficiencia.
Los piensos suelen ser el producto más caro en una explotación lechera; dicho esto, no son solo los productores los que están revolucionando las estrategias de alimentación. Mientras que el pastoreo sigue teniendo una importante función en muchas explotaciones lecheras, la intensidad e incremento en el tamaño de los rebaños ha causado que se reduzca el tiempo que los animales están sobre el pasto. Esta tendencia, sin embargo, se está revirtiendo, dado el enfoque del consumidor en el bienestar animal, y el resultado es que más procesadores pagan una cantidad adicional por leche proveniente del pastoreo. Los pastos bien gestionados confieren unas ventajas adicionales, dado que:
El Centro de desarrollos lácteos del suroeste, en Somerset, Reino Unido, está utilizando herramientas de ganadería de precisión para demostrar cómo realizar el pastoreo y la alimentación automática en combinación con un sistema de ordeño automático. El centro, empleando la adquisición de imágenes hiperespectrales y los datos satelitales, puede monitorizar y predecir el crecimiento del pasto en los potreros vecinos. El rebaño tiene acceso diario a cuatro zonas de pastoreo, que funcionan como una red de potreros flexible para estimular el flujo entre los potreros y los ordeñadores robotizados de GEA en el establo. El proceso se maneja con el software de gestión de rebaños GEA, que se comunica entre cada sensor de animal y las compuertas de separación.
Desde dentro, la tecnología de alimentación automática GEA proporciona raciones medidas con precisión varias veces al día, garantizando que el pienso siempre esté fresco y minimizando los residuos. Como se automatiza esta tarea, el personal está libre para realizar otros trabajos, lo que minimiza los costes en combustible; el diseño compacto del establo significa un espacio de uso más pequeño.
La tecnología de alimentación automática de GEA permite que los operadores definan los ingredientes y volúmenes, y planifiquen la frecuencia de entrega desde el dispositivo elegido.
Las vacas, como todos los rumiantes, producen metano (CH4), una forma de GHG, como resultado de su digestión, en que millones de microbios intestinales procesan y fermentan los alimentos ricos en fibra que consumen. A pesar de que se ha reducido el tamaño de los rebaños, las emisiones de CH4 provenientes de las vacas han subido en muchos países; por lo tanto, es fundamental reducir el incremento de calor en el rumen del ganado, lo que mejora la conversión del pienso. El sector lácteo y la comunidad científica están estudiando los piensos y la digestión para encontrar maneras de reducir la producción de metano. Hay algunos productos, como los suplementos reductores del metano, que están entrando en el mercado; sin embargo, los investigadores siguen explorando:
- El cambio climático y el sector global del ganado lechero, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, 2019
Además de sus beneficios positivos en forma de nutrientes para las plantas y el suelo —lo que reduce la necesidad de fertilizantes artificiales— el estiércol también se puede dividir en distintos flujos de valor, como aguas grises y material de cama, y utilizarse para producir energía. Sin embargo, cuando no se gestiona de manera correcta, tiene consecuencias negativas para el suelo, el agua y la calidad del aire; en algunos países, los productores se enfrentan a una normativa estricta y sanciones considerables —además de quedar obligados a reducir el tamaño de sus rebaños. Hoy en día, para ampliar el rebaño o poner una explotación lechera en funcionamiento se suele exigir que los propietarios tengan una estrategia de gestión de estiércoles antes de que se les otorgue el permiso.
GEA utiliza su conocimiento y experiencia de procesos para diseñar e implementar soluciones de alto valor para gestión de estiércoles que satisfacen las necesidades del operador, además de cumplir los requisitos legales. Esto incluye la recogida y transferencia de estiércol fresco, y su aplicación en el terreno, además de sistemas de separación para el reciclado de líquidos y la producción de material de cama.
La gama para gestión de estiércoles de GEA incluye soluciones para recoger, transferir, aplicar y separar el estiércol, además de producir el material de cama.
En el establo, la recogida del estiércol asegura unos buenos estándares de higiene, y minimiza las infecciones y las enfermedades de la pezuña. Si se utiliza un separador de estiércol, los materiales líquidos y sólidos se pueden separar; el líquido remanente se utiliza en el establo o en los campos después de procesarlo, y los sólidos se reutilizan como material de cama o se venden. Una mayor retirada de sólidos significa que acaba menos en la laguna de estiércol, reduciendo los costes de agitación, transporte y dragado. Si añadimos un decantador, los nutrientes pueden aislarse aún más; por ejemplo, para producir estiércol líquido clarificado, que está prácticamente libre de fosfato y se puede esparcir como fertilizante natural sobre el campo.
Los ganaderos están buscando maneras de optimizar el ciclo de explotación de los nutrientes. Con este fin, cada vez más productores, incluyendo los clientes de GEA, invierten en plantas de biogás con un tratamiento aguas abajo de los residuos de fermentación; esto les permite utilizar la potencia eléctrica, el calor y las distintas fracciones de residuos de fermentación que se generan, tanto en el interior como el exterior de la explotación. Para aprovechar las ventajas económicas, sin embargo, las explotaciones lecheras en muchos países necesitarán apoyo financiero y acceso a una infraestructura que les permita la producción y uso del biogás. Pueden obtenerse economías de escala si se combinan distintos residuos ganaderos, por ejemplo, con los residuos alimentarios de otras explotaciones. Como resultado, es posible gestionar cada vez más residuos de manera responsable, cerrando los ciclos de nutrientes locales y regionales.
- Jeramy Sanford, Director de Producto Global de Equipos para Estiércol, GEA
El ganado se ha seleccionado y cruzado durante siglos para mejorar su rendimiento y resiliencia en determinados climas y suelos. Sin embargo, durante las últimas décadas el enfoque se ha puesto, sobre todo, en incrementar la producción lechera. Aunque el ganado, como todas las especies, se adapta de alguna manera al estrés y los cambios, las estrategias de cría están bajo un nuevo análisis; algunas características, como la resistencia al estrés térmico y las enfermedades, o los cambios adaptativos en las variaciones del pienso y el forraje, se están sometiendo a estudios más completos, dado que afectan a la productividad y la fertilidad.
La lactancia, por sí sola, incrementa la temperatura corporal del animal; por lo tanto, cuando la temperatura ambiente sube 3 o 4 grados centígrados por encima de lo normal, pueden crecer también las complicaciones inducidas por el calor, incluyendo un decremento de la fertilidad y el apetito, que impacta en la producción de leche. El recuento de células somáticas y la incidencia de mastitis también tienden a crecer durante los periodos cálidos. Proporcionar a los rebaños una buena ventilación, agua suficiente, e incluso sistemas rociadores de agua, permite mantener el confort de las reses y reduce la posibilidad de infecciones y enfermedades.
También hay un debate cada vez más importante sobre el uso de antibióticos. Muchos productores han dejado de utilizarlos totalmente, aunque esto puede hacer que las reses sean más susceptibles a enfermedades como la mastitis. La genética y la crianza, también en este caso, desempeñan una función importante, dado que las vacas seleccionadas gracias a distintas características tienen un recuento de células somáticas más bajo y, por lo tanto, menos incidencias de mastitis. GEA está realizando ensayos de campo de mayor envergadura para validar que la cantidad de antibióticos utilizada durante el periodo de desecación se puede minimizar sin causar la aparición de mastitis. Algunos ensayos anteriores sugerían que esto podía conseguirse si se reducía la cantidad de leche ordeñada antes de comenzar la desecación, que en el futuro se controlará con el software de gestión de rebaños GEA, que indica cuándo deben retirarse los colectores de ordeño.
Hoy en día, obtener una visión precisa del comportamiento, actividad y salud animal es mucho más sencillo con las tecnologías de ganadería de precisión. Estas herramientas digitales ayudan a los operadores del sector lácteo a gestionar sus rebaños más eficazmente, lo que incluye un rápido diagnóstico y tratamiento de las vacas, reduciendo los costes y consiguiendo una mejor salud y productividad del animal.
Para ayudar a los productores a vigilar la salud de la ubre en sus rebaños, GEA desarrolló el galardonado sensor de recuento celular DairyMilk M6850, el primer sistema en tiempo real para la detección temprana de infección por mastitis en cada pezón durante el ordeño. Fácil de instalar y con un bajo mantenimiento, el sensor puede utilizarse con los sistemas de ordeño GEA DairyRobot R9500 y DairyProQ, lo que resulta en tiempos de tratamiento más cortos y una mayor productividad.
Sensor de recuento celular GEA DairyMilk M6850: el primer sistema del mundo que realiza una detección temprana de mastitis en cada cuarto de ubre individual.
Con su tecnología basada en sensores, GEA CowScout registra la actividades, y las horas de alimentación y rumia de las reses, tanto en el interior como el exterior. Los datos están disponibles mediante un panel en tiempo real que puede configurarse para emitir alertas. Esta herramienta permite una rápida identificación y tratamiento de los problemas de salud, además de utilizarse para señalar los periodos de inseminación. “Como soporte de los objetivos que tienen los productores de monitorizar y dirigir sus operaciones y procesos de manera más eficiente, cualesquiera que sean, evaluamos y mejoramos continuamente nuestras plataformas y herramientas de gestión de rebaños para integrar los datos, haciendo que sean más fáciles de interpretar”, asegura el Dr. Beate Maassen-Francke, Director de Producto para Software de Gestión de Explotaciones, GEA.
- Dr. Beate Maassen-Francke, Director de Producto para Software de Gestión de Explotaciones, GEA