07 de septiembre, 2020
RU: Con frecuencia, el camino de la expansión y el desarrollo está plagado de exigencias interdepartamentales y requisitos que entran en conflicto – pero si una planta consigue que los equipos humanos de servicios y procesado trabajen con un objetivo común (como la reducción de costes y del consumo de energía), puede obtenerse una asombrosa transición. Haga que los expertos acuden lo antes posible y habrá menos posibilidades de fracasar más tarde, pues la solución podrá alinearse estrechamente con las expectativas desde las primeras etapas.
RU: No, en absoluto. De hecho, no importa si procesamos distintos productos lácteos en las mismas instalaciones o en lugares separados – la única diferencia es el tiempo y la temperatura que se requiere para cada proceso; solo tenemos que asegurarnos de que la solución sostenible cumpla los requisitos.
Por ejemplo, en una planta procesadora típica el líquido se suele pasteurizar a entre 72 y 74 grados centígrados durante unos 15 segundos, y después de enfría a 2 grados C para almacenarlo. Cuando se procesa yogur, la leche se calienta a 85 grados C durante 30 minutos o a 95 grados C durante 10 minutos, para después enfriarla hasta 42 grados C para que crezca el cultivo, y después hasta su temperatura de almacenamiento de 4 grados C.
RU: En cada caso, el calor se extrae del producto y se incrementa a una temperatura superior mediante una bomba de calor con una eficiencia muy alta. Esta tecnología se está convirtiendo en la solución de preferencia para la consecución de un futuro neutro en carbono, con el fin de cumplir unas normativas ambientales cada vez más estrictas, a la vez que se permite que los procesadores de lácteos y otros alimentos alcancen sus propios objetivos de sostenibilidad y reduzcan sus costes de explotación.
Cuando se combina una bomba de calor con una unidad de refrigeración, se consigue tanto el enfriamiento como el calentamiento, convirtiendo un solo uso en un ciclo continuo y reduciendo los costes energéticos en un 30 por ciento o más. Esto representa un ahorro importante si consideramos que en la industria alimentaria, láctea y de bebidas, hasta un 60 por ciento de la energía se utiliza para calentamiento y refrigeración. Seamos honestos: estos sectores necesitan unos refrigeradores masivos y todo lo que se refrigera genera calor – que es energía.
Comprender la amortización (ROI) significa apoyar la sostenibilidad como objetivo de todas las plantas. Todo ello depende de unos cuantos puntos clave de comparación – como el coste medio de la energía, por ejemplo. Cuando más alto sea el precio unitario de la fuente de energía antes de que se introduzca la nueva solución, más rápida será la amortización de una planta sostenible.
RU: Otro factor clave es el resultado de seleccionar la planta adecuada – y utilizarla de la manera más eficiente, e incluso antes que esto, la elección del socio con más conocimientos y experiencia para que enseñe cómo aprovechar la planta al máximo. ¿Cuál es la diferencia entre un compresor de tornillo y uno de pistón, por ejemplo? Uno alcanza su mayor eficiencia a alta velocidad mientras que el otro lo hace a baja velocidad. ¿Cuál debo elegir? ¿Quizá necesita ambos? Las preguntas podrían ser infinitas, aunque serán las personas adecuadas las que conozcan la mejor solución sostenible que proporcione una rápida amortización.
RU: Aparte de que las explotaciones lácteas desean reducir su consumo energético y costes de explotación, no se nos escapa que las calderas son una especie en extinción. Los objetivos de reducción de emisiones son cada vez más estrictos aunque a lo largo de nuestra vida no veremos que el uso de combustibles fósiles, como gas y petróleo, se vuelva obsoleto. Las restricciones tendrán impacto en todos los sectores de la industria alimentaria, incluido el procesado de lácteos. Consideremos, por ejemplo, la prohibición de extraer agua de recursos naturales como los ríos. El mantra de reducir, reutilizar y reciclar es cada vez más frecuente. Y aquí es donde entran en acción las nuevas tecnologías: extraer la energía residual y reutilizarla para reducir o incluso eliminar la necesidad de fuentes de energía adicionales y equipos obsoletos como las calderas.
RU: Las soluciones sostenibles no solo incluyen nuevos equipos; con frecuencia hay un potencial para maximizar una planta existente y mejorar su eficiencia operativa, a la vez que se cumplen los objetivos de producción. Para GEA, ese es el punto decisivo de su programa de Soluciones de Ingenería Holísticas (NEXUS), el cual integra soluciones de proceso y de servicios (refrigeración y calentamiento) que ayudan a las plantas de procesado de lácteos a comprender cuál es la mejor manera de reducir su huella de energía y sus costes operativos sin poner en riesgo la producción ni la inversión.