Aguas medias
Frío, agua salada y corrosión – las tuberías de gas natural en las profundidades marinas están sometidas a condiciones extremas. Para garantizar un transporte eficiente a través de estas tuberías, se agrega mono-etilenglicol (MEG), entre otras sustancias, al gas natural. Un proceso de purificación con MEG completado con separadores garantiza que el mono-etilenglicol pueda reutilizarse continuamente sin afectar a su funcionalidad.
El mono-etilenglicol se mezcla con el gas natural antes de que sea transportado por las tuberías. Tiene unas características que garantizan la absorción del agua, y también actúa como agente anticorrosión para proteger las tuberías. Absorbe el agua salada, los cristales de sal y las partículas corrosivas más finas, garantizando un nivel superior de protección anticorrosión. Sin embargo, como la contaminación aumenta gradualmente durante este proceso, el tratamiento del MEG contaminado en plantas procesadoras de gas es muy importante.
El núcleo del proceso de tratamiento son los sistemas de vaporización y las centrífugas. Durante este proceso, nuestros separadores garantizan la máxima eficiencia y fiabilidad del proceso de purificación. La deshidratación y eliminación de materiales sólidos no deseados purifica el MEG de tal manera que puede proteger de nuevo las tuberías contra congelación y corrosión.
El diseño estanco a gas y la inertización con nitrógeno garantizan que se cumplan todos los requisitos del proceso y la protección contra explosión (ATEX). Los requisitos del material que se coloca en el tazón de la centrífuga están garantizados por el uso de acero duplex/super duplex. Nuestros separadores también son adecuados para aplicaciones en tierra y marinas, pues pueden compensar los movimientos constantes que se producen en las plataformas. Las centrífugas de GEA, accionadas directamente con una alta eficacia de separación, requieren una mínima cantidad de espacio para una máxima eficiencia.