10 de junio de 2024
A medida que aumenta el nivel de vida en muchos países, también lo ha hecho la demanda de “moda rápida”: ropa barata que se puede encargar pulsando un botón y recibir en casa en cuestión de días. Según la Alianza de la ONU para la Moda Sostenible, antes de la pandemia de covid, el consumidor medio compraba un 60% más de prendas que hace 15 años y conservaba cada prenda la mitad de tiempo. El fenómeno de la moda rápida subraya y agudiza –literalmente– un reto de décadas: la necesidad de reducir el impacto medioambiental de los textiles y su producción. La industria, tal y como se recoge en el informe "Sostenibilidad y circularidad en la cadena de valor textil" del Programa de Naciones Unidas para el Medioambiente 2023, utiliza billones de litros de agua, contribuye con alrededor del nueve por ciento de los vertidos anuales de microplásticos en los océanos, y es responsable de hasta el ocho por ciento de las emisiones globales de carbono.
Además, la Alianza de las Naciones Unidas para la Moda Sostenible calcula que la industria de la moda perdía cada año un valor estimado de 500.000 millones de dólares –previo a la pandemia– debido a la falta de reciclaje y a que la ropa no vendida se enviaba a los vertederos. Las soluciones sostenibles para los textiles al final de su vida útil están poco desarrolladas o faltan por completo en muchos países. Se suele informar de que tan solo el uno por ciento de los residuos textiles se recicla de fibra a fibra. La situación es especialmente grave en el caso de los textiles mixtos, los fabricados con material sintético, como el poliéster (tereftalato de polietileno [PET]) y fibras orgánicas, como el algodón. En su informe anual “2025 Recycled Polyester Challenge” de 2022, Textile Exchange estimó que la industria de la confección utilizó 32 millones de toneladas de fibra de poliéster en 2019, de las que solo el 14% eran recicladas (rPET).
Las escenas de ropa desechada atascando los cursos de agua o ardiendo en montones de basura humeantes son difíciles de pasar por alto en el mundo actual impulsado por los medios de comunicación. Con razón, tanto los consumidores como los gobiernos exigen que se recicle más ropa desechada; sus esfuerzos empiezan a dar fruto.
En 2020, Francia aprobó una ley que prohíbe la destrucción de la ropa no vendida y que tiene el objetivo de reciclar el 70% de los residuos textiles en 2024. Francia, uno de los centros históricos de la alta costura, está redoblando la lucha contra los residuos de la moda industrializando la recogida, clasificación y reciclaje de textiles, e incluso incentiva a sus ciudadanos para que lleven a reparar su ropa y sus zapatos. En 2024, la UE siguió su ejemplo con su propia ley que prohíbe la destrucción de ropa no vendida y artículos devueltos, con exenciones para las pequeñas y medianas empresas. Y a partir del 1 de enero de 2025, todos los Estados miembros de la UE estarán obligados a recoger los textiles por separado. Suecia, Francia y Dinamarca quieren ahora que la UE aplique nuevas normas globales que regulen la exportación de residuos textiles a los países en desarrollo, algo que aún está en estudio.
Una cadena de valor circular para las prendas de fibras mixtas puede reducir drásticamente la cantidad de PET y algodón vírgenes que entran en la cadena de suministro textil. Sin embargo, para reciclar estos artículos más complejos, se requiere un proceso químico para separar, aislar y crear polímeros y fibras reutilizables. Como primer paso, el material se descompone a nivel molecular mediante el uso de productos químicos. A continuación, se eliminan los contaminantes. El resultado final es un polímero de alta calidad, como el PET, que puede reutilizarse en nuevas prendas u otras aplicaciones. Parece fácil. Sin embargo, hay varios pasos que requieren conocimientos de ingeniería, procesos y química, sobre todo si se hace de forma sostenible.
Siguiendo la estela de su éxito en el área del reciclaje de botellas de PET, GEA utiliza ahora esta experiencia para perfeccionar el reciclaje de PET a partir de la ropa. Lo más habitual es que GEA se asocie con empresas que están desarrollando líneas completas de reciclaje químico. Dentro de estas, GEA aporta sus innovadoras soluciones de evaporación, cristalización, reacción, destilación, separación sólido-líquido y secado que permiten al PET vivir una segunda vida.
Los evaporadores y cristalizadores se calientan con recompresión mecánica de vapor (MVR), lo que permite reciclar el agua del condensado del proceso. Cuando es posible, GEA también ayuda a sus clientes a reutilizar el calor residual de este proceso, convirtiéndolo en una fuente de energía, así como a recuperar valiosos compuestos orgánicos. Actualmente se están desarrollando soluciones para reutilizar el sulfato de sodio sobrante del proceso de reciclaje, ya sea en una opción de circuito cerrado, como producto valorizado para otras aplicaciones, o ambas cosas.
Circ, cliente de GEA en EE.UU., aborda los retos más difíciles del reciclaje textil. En el caso del polialgodón, Circ aplica un proceso hidrotérmico, convirtiendo las fibras de poliéster en un líquido, utilizando solo calor, agua y un bajo porcentaje (<5) de productos químicos para separar completamente las mezclas de algodón y poliéster. Como resultado, tanto el monómero como el algodón se conservan sin daños y son aptos para su reutilización en nuevos textiles.
Dentro de este proceso, GEA brinda soporte a Circ en la fase de recuperación del monómero. “Circ establece objetivos exigentes en la recuperación de monómeros y el tratamiento de coproductos”, explica Laurent Palierne, Director de Evaporación y Cristalización de GEA. “Refinamos y reprodujimos con éxito las fases clave del proceso en nuestros centros de pruebas, lo que nos permitió ofrecer la precisión que requiere el complejo proceso de recuperación de monómeros”. Junto con sus centros de pruebas, GEA cuenta con décadas de experiencia en evaporación, cristalización, transferencia de calor, mezclado, separación de sólidos y líquidos, destilación y secado, lo que nos convierte en un socio natural para clientes como Circ. El resultado de la cooperación es un nuevo diseño de proceso que puede servir como plantilla para la primera planta del mundo dedicada al reciclaje de PET para textiles; Circ espera estar operativa con su nueva planta para 2027 en Europa, donde la financiación gubernamental es más fácil de conseguir.
La industria de la moda se rige por las tendencias. Cada nueva temporada trae nuevos colores y nuevos diseños. Por desgracia, una tendencia permanece constante: el creciente impacto negativo de los textiles y la producción textil en el medioambiente si no creamos una cadena de valor textil circular. Del mismo modo que GEA llena importantes lagunas en el proceso industrial de reciclado del PET, todo el mundo tiene un papel que desempeñar en la reducción del impacto medioambiental de la ropa.
Los consumidores pueden adoptar una actitud de “menos es más”, lavar las prendas con menos frecuencia para evitar el desprendimiento de microplásticos y encontrar formas de reparar y reciclar la ropa en lugar de tratarla como un residuo. También las marcas de ropa disponen de muchos resortes para responsabilizarse más de sus productos. Pueden utilizar más materia prima reciclada, ofrecer reparaciones posventa y sus propios artículos de segunda mano, y reciclar los artículos no vendidos y devueltos en lugar de incinerarlos. ¡Es hora de ser creativos!
“Las implicaciones positivas de la ampliación de la tecnología de reciclaje textil, sobre todo cuando se trata de productos sintéticos, son enormes”, afirma Palierne. “Podríamos ayudar a las marcas a reciclar más prendas no vendidas y producir rPET a un precio que permita a los productores reinvertir en su producción”. A medida que la industria de la moda y la industria textil en general se vuelven más circulares, se reducen las emisiones nocivas en la producción de PET virgen, entran menos microplásticos en los océanos y se reducen también el consumo y el uso de terreno para la producción de algodón. Por eso, a GEA le apasiona tanto encontrar la solución adecuada para los clientes del reciclaje textil con su ingeniería para un mundo mejor.
Por medio de su gama de productos químicos y de separación , GEA contribuye positivamente al reciclaje del PET de botellas y envases postconsumo para su reutilización en diversas industrias. Conocido como rPET, el PET reciclado se utiliza en:
Hacer que el PET sea seguro para aplicaciones de grado alimentario requiere procesos de reciclaje superlimpios que puedan descontaminar el PET postconsumo hasta los niveles de concentración del PET virgen.