Energía
Durante la aplicación, el aceite lubricante está expuesto a una continua contaminación. Cuerpos extraños como abrasivos, polvo, condensados y productos en descomposición se depositan en el colector del lubricante. Además, los ácidos contenidos en el aceite y los cuerpos extraños de los catalizadores pueden provocar un envejecimiento prematuro. La continua limpieza que proporcionan los separadores de GEA representa una contribución clave para un funcionamiento permanentemente fiable que, simultáneamente, recorta los gastos de funcionamiento.
En particular, en los denominados motores de pistón troncal, además de la contaminación habitual, también llegan hasta el depósito de recolección de aceite lubricante los residuos de la combustión y el combustible sin utilizar. Las centrífugas separadoras de GEA separan el agua y las sustancias sólidas extrañas del aceite con la acción de una potente fuerza centrífuga.
El aceite purificado solo contiene, en este punto, trazas de agua y está libre, prácticamente, de sustancias extrañas metálicas y no metálicas. Esto no solo garantiza que el aceite lubricante funcione a la perfección, sino que también tiene un efecto positivo permanente en los costes gracias a la prolongación de la vida útil.
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El separador centrífugo es una máquina en que se separan mutuamente dos líquidos de distinta densidad. Pueden separarse los sólidos al mismo tiempo.
Hay dos versiones de separadores de tipo disco con un tambor de paredes sólidas: una versión utilizada para separar dos líquidos mutuamente insolubles y clarificadores que se emplean para separar sólidos de líquidos. Todas las funciones son similares a las de los clarificadores y separadores con tambor autolimpiable.